Mi amiga Pato

¿Alguien le dijo a Trino que voy a ser papá? Lleva toda la semana publicando cartones del tema. Hoy publicó una propuesta sobre cómo hacerle frente a tan honrosa responsabilidad. La voy a considerar.
Por cierto, luego de mucho tiempo sin saber de ella, ayer en la noche, mientras regresaba a casa, busqué por teléfono a mi amiga Pato. Para empezar, me contestó después de muchos tonos de llamado, primera cosa rara porque de eso pide su limosna: de que suene dicho aparato o de marcarlo. Además me contestó con voz de ultratumba y un poco norteada para ser apenas las nueve de la noche, segunda cosa rara. A media conversación (o monólogo, debería decir porque ella no respondía nada o casi nada), escuché el llanto de un niño. Pero no era el de Alfredito, su hijo de cinco años. Éste era el de un bebé. ¡Un bebé! Mi amiga Pato estaba estrenando bebé. Hice cuentas y sí, en la vorágine de Julieta perdí la noción de que el embarazo de Pato había concluido. Según me contó fue el 29 de octubre cuando recibió a Joshua, dos días después de su fecha aproximada de parto. Tuve que cortar rápido porque los llantos no cesaban e incluso iban en aumento. Sólo me dio tiempo a felicitarla y proponerle que me hablara... cuando tuviera tiempo. Colgué, hice cuentas ("hoy es martes 13, el 19 es lunes, más dos días, martes, miércoles..."), tragué saliva y empecé a manejar lento, muy lento.