Mi papá es de los que creen que los hijos deben ser mejores que sus padres. Esto me hizo recordar algo que en el mundo de la informática llaman Ley de Moore, que en esencia consiste en la predicción de que la capacidad de las nuevas computadoras se multiplica cada cierto tiempo en forma exponencial.EOA quizás crea que algo así debe suceder con los seres humanos. Y tal vez yo estoy empezando a entender por qué.
Cuando supe que iba a ser padre (dos años antes de que llegara Julieta, cuando LOM y yo decidimos casarnos), empecé un proceso de introspección de quién era yo, de dónde venía y para dónde iba (ya sé que soy un azotado). Y la neta, debo decirlo, no encontré cosas extraordinarias.
Me di cuenta que merezco pertenecer a la Generación X. Detesto las etiquetas, pero ésta nos queda al centavo. Por algo la letra equis es la que más usan los matemáticos para referirse a las incógnitas de sus ecuaciones.
Algunos definen a los de esta generación como apáticos, cínicos, insatisfechos y sin una identidad social definida. Yo me siento así. No sé si fue alguna de las crisis económicas del 76, 82, 87 o 94, el terremoto del 85 o los cachirules del 90, pero es la mejor descripción para los de mi generación. De pronto, a los treintaytantos me sentía tan confundido e inmaduro como un adolescente, pero envuelto en una panza y con responsabilidades de un cuarentón.
Con un escenario así, estoy seguro que cualquiera desearía que su hijo fuera mejor que él.
Quise verificar si algo así le pudo suceder a mi jefe cuando hace medio siglo se avocó a engendrar, así es que busqué la generación a la que perteneció (EOA es un modelo clásico 1932). Fui a la Enciclopedia Salvat de nuestros tiempos (Wikipedia, ni tan sencilla que no te convenza, ni tan compleja que no le entiendas, tal como la Salvat de los 70), y descubrí que... casi no había información en esa página. Me encomendé entonces al Santo Niño de Atocha.com (o sea, Google) y pude saber que perteneció a un linaje llamado La Generación Silenciosa (1925-1942).
¿Silenciosa? Fue lo primero que me pregunté. No saben de lo que están hablando, pensé. Con razón cada vez menos gente cree en Internet. Empecé a leer la descripción: "Se considera que los miembros de la Generación Silenciosa son prudentes, cautelosos, retraídos, sin imaginación y (claro, lo suponía) silenciosos". Seguí: "Los silenciosos sienten que fueron una generación sin una causa...", paré de leer. Esta historia empezaba a sonarme conocida. Así es que ellos (él) sentían que tampoco tenían una causa.
No sé si esto fue lo que entonces pensó mi padre, pero yo sí me preguntaba qué sucede cuando alguien tiene una naturaleza pesimista de la vida. O cuando se siente insatisfecho y se vuelve cínico de su propio futuro. O cuando ha vivido en un entorno de crisis tras crisis, en lo económico, pero también en lo anímico. ¿Hay algo que pueda generar una chispa de esperanza en las personas que pertenecen a este tipo de generación?
Ahora puedo contestar seguro: un hijo.
Y que conste que esto no quiere decir que nos embarazamos con el único fin de encontrar un camino en la vida. Creo más bien que esto significa que tomamos un camino en la vida -el del cuestionamiento, el de la crítica y autocrítica, el que evita el conformismo de "así son las cosas"-que nos llevó a encontrar un hijo. Y a desearlo y a quererlo con todas las ganas.
Con este entorno, les etiquetas están de más. Qué importa que los sociólogos y demógrafos nos digan que primero vinieron los Silenciosos y luego llegaron los baby-boomers. O que Generación X precedió a la Y, y que luego apareció la del Milenio. Todo eso ya está de más. Incluso, la generación de la Juli.
Por cierto, aunque sea por curiosidad, ¿quieren saber cómo se llama la generación que le toca? No me lo van a creer (yo tampoco lo quería creer). Se llama "La nueva generación silenciosa".
1 comentario:
Oíganme no, yo no estoy de acuerdo con esas etiquetas de las generaciones.
La generación X es un término que surgió en EUA y son los hijos de los baby boomers de EUA, también. En México, yo creo que no hubo baby boomers pues nuestros abuelos tampoco la tuvieron fácil y la generación X de EUA no vivió las innumerables crisis económicas que se vivieron en México ni los mexicanos de la X vivieron las innumerables guerras de EUA. Así es que yo creo que hay mucha diferencia entre lo que se define en EUA y lo que en realidad vivieron los X en México.
Ahora que sólo encuentro una coincidencia, siempre se tiende a pensar que los de la generación actual son más apáticos que los de la anterior. Por eso no me sorprende que a la Juli (una generación que todavía no nace) ya la hayan nombrado los nuevos silenciosos. Si ni siquiera sabemos qué eventos los van a marcar!!!
Atte. Tanius rebelada contra las etiquetas generacionales
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